martes, agosto 01, 2006

PERIODISTA:  Fabiola Torres López
ATRAPADOS EN EL LABERINTO (Lima embotellada)

(Publicado el 16/7/06 por el diario EL COMERCIO)
Nuevamente indicamos que las observaciones al artículo publicado por el diario El comercio se indican en color azul.

EL TRÁNSITO EN LIMA
El tráfico vehicular hace crisis en las horas punta. Con este primer gran diagnóstico, El Comercio aborda este grave problema en la ciudad capital.

El tránsito de Lima está consumiendo nuestras vidas. No solo es la principal fuente de contaminación ambiental, sino un eficaz fabricante de estrés. Es el escenario para el desfogue de las iras acumuladas. Es la batalla diaria en la que conductores y peatones salen perdiendo.





Seis de la tarde. Centro de Lima. Empieza el 'todos contra todos'. Los autos que pugnan por salir y los que intentan ingresar por las estrechas vías del damero. Si hay urgencia de escapar de un cuello de botella, la Compañía de Bomberos Roma N°2, ubicada junto a la sede del Parlamento, debe tomarse más de tres minutos para colocar su unidad en la caótica avenida Abancay. Es decir, avanzar solo media cuadra. La indiferencia de los conductores de los otros vehículos es increíble, pero ya no sorprende a nadie. Este vía crucis se repite siete veces al día.
En otros países, cuando suena la sirena de algún vehículo en emergencia, la columna de la derecha y la del medio (cuando hay tres carriles) automáticamente se detiene y la columna de la izquierda avanza hasta encontrar un sitio libre en las columnas detenidas. Así, el vehículo en emergencia pasa rápidamente. Lamentablemente en el Perú no se hace esto y la policía es incapaz de encontrar una solución como esta.
A unos cuatro kilómetros del Centro, en San Isidro, Sandra Ponce forma parte de los miles de conductores atrapados en la concurrida Javier Prado. De fondo tiene una orquesta de bocinas y además una pregunta impertinente de esta periodista: ¿En qué hubieras utilizado estos minutos que pierdes en el tráfico? Ella es tajante: "Salgo de trabajar. Cuando llegue a mi casa mis hijos ya habrán hecho sus tareas y comido solos. Paso muy poco tiempo con ellos y encima soportar esto".

Eso desaparecerá cuando se formalice al transporte público, por que gran parte  del caos vehicular es consecuencia de un sistema equivocado de transporte público y una proliferación excesiva de taxis y colectivos
Vanessa Rojas tiene 25 años y vive en San Juan de Lurigancho, pero trabaja en Magdalena. Ha salido hasta la gris avenida Brasil para tomar una combi en la que viajará como cualquier cosa. No tiene otra opción. El bolsillo no se lo permite. El trayecto de retorno a su hogar le demanda, con suerte, una hora de viaje y esto debe repetirlo dos veces por día. Hagamos un cálculo. La joven diseñadora invierte casi la tercera parte de su vida en un servicio de transporte público en el que --verdad de verdades-- la vida no vale nada. Cierto es que el 82% de limeños viaja de esta manera y sufre experiencias similares o peores a una versión chicha del infierno de Dante.
Eso desaparecerá cuando se formalice al transporte público, pero es importante hacer notar la falta de eficiencia de una ruta segregada cuando prolifera la cantidad de rutas.
En las horas punta, cuando la mayoría sale a trabajar o estudiar --7:30 de la mañana--, y cuando emprende el camino de retorno a sus casas --6:30 de la tarde--, las intersecciones viales de la capital se saturan de vehículos y las velocidades de circulación se reducen a diez kilómetros por hora. En esas horas críticas, Lima se ahoga en exactamente 119 cuellos de botella formados en 30 vías principales con intersecciones señalizadas.

Eso desaparecerá cuando se formalice al transporte público, pero hay que aclarar que los baches y los rompe muelles abusivos, aparte de dañar a los vehículos, ocasionan retraso y accidentes. Muchos cuellos de botella son consecuencia de que nadie respeta al prójimo y continuamente interrumpen las intersecciones de calles.
Entonces el tránsito limeño sufre de ataques de hipo y epilepsia. Los vehículos del servicio urbano recorren pesadamente 20 kilómetros en hora y media, cuando esa distancia deberían hacerla en no más de 30 minutos, según el último Plan Maestro de Transporte para Lima y Callao, elaborado por la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA).

¿Por que no publican ese plan? Esa lentitud es producto de un exceso de líneas por las avenidas céntricas principales y ese exceso es producto de un sistema obsoleto de transporte público, ya no aplicable a una ciudad con 8 millones de habitantes.
EL COSTO DEL CAOS
Cada persona solo percibe una parte de la congestión vehicular, del efecto que tiene sobre sí misma, pero en cifras globales, según el Banco Mundial, este problema representa 500 millones de dólares al año por pérdidas de tiempo, consumo excesivo de combustible y contaminación ambiental. Si se sumaran los daños a la salud de una ciudad que vive fuertemente estresada, los números se multiplicarían.
Eso desaparecerá cuando se formalice al transporte público.
Desde hace veinte años, el problema del tránsito (junto con el del transporte de Lima) ha sido materia de varios diagnósticos. Sin embargo, en la calle repartimos culpas por doquier: Los semáforos no funcionan, los policías no pueden con el caos reinante, hay demasiadas combis y taxis, y los conductores no respetan las reglas de tránsito. Empero, la ruta para hallar una salida a este problema ya está identificada en decenas de estudios guardados en oficinas municipales.

Sorprende que este comentario no haya ayudado a relacionar el caos vehicular con la introducción del transporte desreglamentado y por supuesto informal por donde se le mire. Por ello francamente no creemos que en el MML tengan alguna solución entre manos, o por alguna razón no quieren que este sistema prospere, puesto que ya se hubiese resuelto hace muchos años. El problema principal del transporte público no es el exceso de buses como causa directa sino consecuente, ya que el caos es producto del sistema de operación escogido que da lugar a que haya un exceso de líneas de buses pasando por el centro de la capital. Luego, la verdadera causa es la forma como operan las líneas de buses pero son duros de entender tanto las autoridades responsables como todos los medios de difusión que se dedican a divulgar notas como estas que no llevan a ningún sitio, lavándose las manos para no perder una fuente de sustento económico. Realmente el problema es estructural y político. En resumen, se habla y se critica pero no se ha hecho absolutamente nada en 20 años y no vengan a decir que el Metroplitano es la lógica solución por que eso entra en competencia con el sistema existente y lo que nosotros queremos es que haya coexistencia complementada.
Con un parque automotor que se aproxima al millón de vehículos, la opinión unánime de los especialistas es que la única forma de atacar en forma seria el problema de la congestión vehicular en Lima consiste en proveerla de un buen sistema de transporte público, eficiente y seguro. La lógica es simple. Este servicio debe permitir desplazar miles de pasajeros en pocas unidades y, de forma paralela, animar a muchos conductores particulares a dejar sus vehículos a cambio de usar el nuevo transporte público.
Así es, su lógica es simple pero equivocada y equivocada por que están animando a no usar los autos particulares para aliviar la crisis, como si los grandes culpables fuesen estos vehículos. No se trata de imponer un nuevo sistema dentro de la jungla creada por la "modalidad desreglamentada" para operar al transporte público y que fue impuesta en el gobierno del presidente Fujimori por que sería casi imposible que logren operar eficientemente, salvo que se utilicen corredores segregados como el METROPOLITANO que afean y obstaculizan el centro de la ciudad y por tanto, no es una solución conveniente para el centro de la capital.

Primeramente tenemos que "descubrir" donde están las anomalías serias del "sistema" existente y repararlas de inmediato, si la política existente lo permite por que sospechamos que son los grandes culpables de este caos. A primera vista se detectan dos muy graves que pasamos a explicarlas.

  1. Cada una de las más de 400 rutas del sistema existente sale de un punto alejado de su propio distrito inicial, como alternativa única de distribución local beneficiando al grupo de usuarios que vive en sus cercanías. La gran mayoría que vive cerca del centro de densidad es víctima de un mal servicio y tiene que luchar para subir a uno de estos vehículos. Luego, en su camino hacia el centro de la capital, se van uniendo otras líneas de buses (buses, microbuses o kombis) en la ruta y en franca competencia entre ellos. Los líos comienzan pero a los usuarios del sistema se les presenta la oportunidad de tomar cualquiera de ellos, siempre y cuando lo lleven a su destino y con muchas posibilidades de viajar sentado. Esta mejora es totalmente fortuita, ya que no ha sido planificada. Conforme se van acercando al centro de la capital, más y más líneas se concentran en las avenidas principales y viene la gran congestión que no tiene visos de solución porque no son demasiados buses de una sola línea sino muchos buses producto de muchas líneas. Paradójicamente, como ya lo explicamos, los buses escasean en las zonas terminales aprovechando los choferes a sobre llenarlos para ganar así más del cien por ciento en esos trayectos. 
  2. No existen empresas y las víctimas del sistema desreglamentado, aparte de los usuarios, son los choferes y sus ayudantes que son los responsables de conseguir un bus para operar, pagando un alquiler abusivo y diario, probablemente sin factura. El chofer es el dueño de lo recaudado y eso lo obliga a pelearse los pasajeros, desconociendo consecuentemente a los paraderos. Este simple hecho es lo que convierte a los choferes en verdaderos delincuentes del camino exteriorizando sus instintos que de otra forma estarían cohibidos. Tan igual como si fuesen prostitutas, diariamente los choferes tienen que aportar su cuota de doce soles a la "empresa" que actúa como si fuese un caficho. Aparte del negocio de la prostitución, del transporte público desreglamentado y de las ventas piramidales, no conozco otro trabajo donde el empleado le tiene que pagar al empleador. 
 Estas dos anomalías son más que suficientes para obligarnos de inmediato a cambiar el sistema que nos impusieron hace más de 15 años, de un simple plumazo, las autoridades corruptas y desleales del gobierno del presidente Fujimori; pero hay otras que no podemos dejar de mencionarlas y que el municipio metropolitano de Lima no hace nada por superarlas. Veamos:
  1. El municipio metropolitano de Lima (MML), verdadero culpable de esta situación lamentable, puesto que tiene todo el control en la ciudad de Lima, trata de mostrarse como una víctima más y pregona la necesidad de implantar transportes masivos por corredores segregados. Pero ignora o pretende ignorar sus obligaciones que deben normar el interior de las unidades del transporte público existente como, espaciado y dimensiones de asientos, límite máximo de pasajeros viajando de pie, Prohibición de escuchar música por que eso fastidia a la mayoría de los pasajeros y distrae al chofer, etc.
  2. Si bien es cierto que los pasajeros que van al centro de la capital tienen mucha facilidad para tomar un bus cuando ya hay coexistencia de varias líneas compitiendo, ocurre todo lo contrario cuando uno quiere regresar a casa por que probablemente ahora solo existe un bus de una sola línea para lograrlo. Para muchos, ese proceso selectivo puede ocurrir en pleno centro de Lima. 
  3. Como no hay jerarquía de servicio, cualquier bus hace de todo. Podemos ver grandes buses, casi vacíos en los últimos cuatro o cinco kilómetros de su recorrido, trabajando a pérdida como también podemos ver a una kombi haciendo un recorrido de 50 Km, lo cual consideramos que es descabellado.
Tenemos que ver pues, como resolver todos estos problemas antes de pensar en un transporte masivo que simplemente tiene visos de negociado y nada más. No quieren resolver la congestión ocasionada por el transporte público informal y aplican una antalgina consistente en corredores segregados y vías expresas tipo zanjón que muy pocos países las utilizan para no afectar el centro de la ciudad y las futuras vías de metro subterráneo.

En la actualidad, el servicio público está tan saturado de vehículos deficientes que, de cada diez unidades de transporte urbano que circulan por la capital, solo seis son necesarias.

¡Ojo! Eso ocurre solamente en el centro de Lima.
Pero no se olviden del detalle que esa saturación ocurre en el centro de la capital producto de la concentración de muchas líneas por una sola avenida pero en las zonas terminales ocurre lo contrario porque la demanda supera a la oferta. Luego, es el sistema desreglamentado el que fracasa. Lo correcto es decir que el servicio público está tan saturado de líneas deficientes .....

Juan Carlos Dextre, ingeniero especializado en transporte y coordinador del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Católica, sostiene que la visión municipal de construir más infraestructura vial para descongestionar el tránsito es errada. "De esta manera solo trasladamos la congestión de una avenida a otra, pero no la solucionamos". Un ejemplo: La vía expresa de Javier Prado.

Excelente opinión de este ingeniero pero no del todo correcta …. ¿Cual es su solución? ¿Por que no la menciona? Al construir nuevas vías, no trasladamos la congestión a otra avenida sino que distribuimos la congestión aliviando el problema. Este ingeniero escoge un mal ejemplo con la via expresa de Javier Prado por que al haberla convertido en un zanjón, no se aumentó el número de carriles sino que se aumentó su eficiencia hasta el límite que permite el número de carriles construidos, por no tener cruces obstaculizantes. Quizá se hubiese conseguido lo mismo con un buen sistema de semáforos o solamente con cruces a desnivel. Lo correcto era construir una vía elevada por que así aumentamos el número de carriles. Lo mismo se debió hacer en la avenida Paseo de la República.


Sin embargo, no hay que negar que la Municipalidad de Lima ha dado un paso en esta crisis. Ha definido un plan para mitigar la congestión a mediano y largo plazo con diez corredores viales por donde pasarán buses de gran capacidad. El tren eléctrico también se considera en este plan, cuyos resultados se verán recién en el año 2010, según Juan Carlos Zureck, presidente de la Comisión de Transporte Urbano.

Dios quiera que no lleguen a hacer esos diez corredores, al menos antes de formalizar al transporte público sino Lima va a parecer una ciudad atrincherada. Menos mal que se mencionó al tren eléctrico. ¿Que pasó con la licitación internacional para terminar el primer tramo? Segunda vez que nos dejan en ascuas. ¿Por que no publican las licitaciones fracasadas para ver si hay lectores que puedan encontrar defectos en ellas?

NO HAY LUZ VERDE
Pero si la ciudad ya está embarcada en un proyecto como el mencionado por Zureck, ¿entonces, cómo se está administrando la crisis del tránsito en este momento? La Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima prefiere guardar silencio.
Esa es una buena idea.

Volvemos a la calle. A la dura realidad. Los semáforos funcionan solo cuando no hay mucho tráfico. De las 586 intersecciones con semáforos, solo 107 cuentan con un sistema computarizado, (en el Damero de Pizarro y las avenidas Tacna y Abancay), mientras que el resto funciona de manera aislada y bajo control electromecánico. Y para colmo los 1.800 miembros de la Policía Nacional que hacen las veces de semáforos no pueden con el caos que los agobia, en perjuicio de su estado físico y emocional.
El proyecto para modernizar el sistema de semaforización de Lima está detenido. Óscar Gibaja, director del Cepri-Lima, explica que no hay un marco legal claro sobre el tema ni mucho menos los 60 millones de dólares de presupuesto que se necesitan. No obstante, si para cambiarlo todo no hay dinero, ¿por qué no empezar por las vías más urgentes? Por ejemplo, el plan maestro puso sus ojos en la deprimente avenida Arequipa, necesitada de un sistema de semáforos sincronizados.

Francamente esta es una broma de mal gusto. Ahora creen que son los semáforos de la avenida Arequipa los culpables de su congestión. Mientras existan decenas de líneas informales (¿80?) transitando por esa avenida caminando a paso de tortuga, ningún tipo de semáforo funcionará correctamente. Primero hay que formalizar al transporte público.

Juan Tapia, presidente del Centro de Investigación y Asesoría del Transporte Terrestre (Cidatt), añade que en Santiago, Bogotá y Ciudad de México la congestión es aliviada con una batería de medidas como la restricción vehicular por días y la conversión en un solo sentido de algunas arterias en las horas punta.

Esas son puntadas sin hilo mientras existan los sistemas informales de transporte público. No se olviden de lo indicado anteriormente en el sentido de que las mismas unidades de transporte público que ocasionan un caos tremendo en el centro de la capital, dan un servicio pésimo en las inmediaciones de su estación terminal donde la demanda es mucho mayor que la oferta y los buses se sobre llenan.

No se puede olvidar que el caos vehicular limeño también tiene que ver con la impunidad de demasiados choferes que cometen faltas al reglamento de tránsito y no temen que les pase algo porque la multa se la imponen al dueño del vehículo. O sencillamente 'coimean' al policía.

¿Cuando van a aplicar la multa a los choferes? Cuando se formalice al transporte público y se le diseñe conformando una red jerarquizada, los choferes dejarán de ser agresivos y se respetarán los paraderos. Por supuesto, los choferes ya estarán ganando un sueldo fijo.


La administración del tránsito en la ciudad tiene que salir de una luz roja prolongada. La Municipalidad de Lima tiene la palabra.
Habrá que recordárselo al alcalde Castañeda por que él está interesado solamente en obras propagandísticas que le mejoren su "rating" y sorprender a los incautos en las proximas elecciones. A mi me parece que la luz que tienen está apagada.
En Puntos
En Lima y Callao se realizan aproximadamente 8 millones de viajes motorizados por día. En el año 2025, la ciudad cobijará a 11 millones y medio de personas y el número de unidades y de viajes crecerá en 25%, según el Plan Maestro de Transporte.
Esperamos que por esa época ya no exista el transporte público informal.
-Un total de 65 proyectos planteó un equipo de técnicos japoneses a la Municipalidad de Lima como solución al congestionado tránsito de la ciudad. Entre ellos, la puesta en funcionamiento del Tren Eléctrico.
Sería interesante saber que han propuesto esos japoneses para el tren eléctrico.
-Tres personas mueren en Lima cada día por accidentes de tránsito. Las muertes generadas por el tránsito en un año equivalen a la caída de 12 aviones comerciales.
-La hora de mayor incidencia de accidentes mortales en Lima es entre las 6 de la tarde y las 9 de la noche. El 18% de los decesos por esta causa ocurrió en ese lapso. La carretera Panamericana Norte es la vía donde ocurren más accidentes.
-El país gasta entre 90 mil y 275 mil soles en tener intersecciones manejadas por personal policial ante la ausencia de un semáforo. Si dichas vías estuvieran semaforizadas, la inversión sería 150 mil soles, según el Colegio de Ingenieros de Lima.
Mientras no hayan semáforos, la policía no se preocupará en controlar esos cruces pero si los instalan, de inmediato aparecerá personal policial para reemplazarlos y perderemos 150 mil soles. Primero hagan funcionar bien los semáforos existentes y hagan que esos policías pasen a controlar los cruces sin semáforos.

En resumen, la mejor solución antes de traer cualquier tipo de transporte masivo o construir corredores segregados o más vías expresas tipo zanjón o poner más semáforos, es la de formalizar y jerarquizar al transporte público.

Carlos Reyna Arimborgo
Nov-2010
carlos@creyna.com
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